En Champagne una añada es siempre una cuestión de paciencia. Este no se aparta de la regla: Procedente únicamente de uvas de la vendimia 2012, se han necesitado nueve años de envejecimiento en nuestra bodega para alcanzar el apogeo aromático de este vino excepcional.

Su vestido de oro pálido con ligeros reflejos dorados no traiciona su edad, al igual que su nariz de una gran frescura regalizada. La complejidad del año 2012 se expresa en nariz con una hermosa gula con notas de malvavisco, melocotón y albaricoque, sostenida por notas florales frescas de madreselva y flor de saúco. En boca, el ataque es franco, tenso y la paleta aromática se amplía a medida que se degusta con un medio de boca sedoso con notas de avellana y albaricoque seco y una final zeteada, de una longitud notable.

Cosecha sorprendente de frescura, original por sus aromas, es un viaje al corazón del país de las maravillas.